CALAMARES: VIRTUOSOS DE LA EDICIÓN GENÉTICA

Científicos descubren que los calamares pueden editar genéticamente los axones de sus neuronas. Se trata de la primera vez que se ha observado un proceso de edición genética fuera del núcleo de una célula.Conocidos son los cefalópodos, entre los que se cuentan calamares, sepias, pulpos y otras especies, por su capacidad de cambiar de coloración para mimetizarse con el entorno y pasar desapercibidos, expulsar chorros de tinta para desorientar a sus depredadores, brillar en la oscuridad abisal del océano o en el caso del pulpo escapista sin paragón de la naturaleza de contorsionarse adoptando las formas más inverosímiles.Los genes, al menos en los humanos, en su gran mayoría permanecen inmutables hasta que se vuelven a combinar y se transmiten a la siguiente generación. Ocurre lo mismo con nuestro ARN,pero no en los calamares.

"Estamos demostrando que los calamares pueden modificar su ARN en la periferia de la célula", señala el genetista de Joshua Rosenthal, del Laboratorio Biológico Marino (Estados Unidos), en declaraciones recogidas por Science Alert. "Funciona con un ajuste masivo de su sistema nervioso, una forma muy novedosa de pasar por la vida".

Ahora, revelando otra superdestreza en el hábil calamar, científicos de las universidades de Tel Aviv y Denver Colorado,en colaboración con los investigadores del Instituto de Biología Marina de Chicago -MBL- han descubierto que los calamares son capaces de editar sus propias instrucciones genéticas. Sin embargo lo que hace especial el hallazgo no es que esta edición se produzca únicamente dentro del núcleo de sus neuronas -ya que es el núcleo de las células el lugar donde se encuentra la información genética- sino que también también tiene lugar en el axón de sus células nerviosas: las proyecciones largas y delgadas externas a las células del sistema nervioso que transmiten el impulso eléctrico entre neuronas. Los hallazgos de la investigación se publican esta semana en la revista especializada Nucleic Acids Research. Se trata de la primera vez que se ha observado un proceso de edición genética fuera del núcleo de una célula animal.

Bibliografia: National GeograficEl confidencial.

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