
Una solución menos cruel la llevo a cabo hace tres años una compañía biotecnológica estadounidense llamada Recombinetics y consiste en la edición genética para sustituir una secuencia concreta de ADN por otra.Esta técnica es más conocida hoy como CRISPR,pero el investigador Daniel Carslon y su equipo usaron otra técnica parecida llamada TALEN.Carlson sustituyó una secuencia de 10 nucleótidos en la vaca lechera con cuernos por 212 nucleótidos de otro tipo de vaca sin cuernos.
Nueve meses después nacieron dos becerros con bonitas manchas y sin cuernos.Los investigadores publicaron su hallazgo en 2016.Es una variante genética natural obtenida ahorrándose cruces entre tipos diferentes de vacas.Estos dos becerros fueron llamados Buri y Spotigy que han servido para ilustrar en conferencias lo bien que funcionan las técnicas de edición genética.Este año han conseguido que Donald Trump firmara una orden para agilizar los procesos para este tipo de técnicas.

Buri es técnicamente un organismo transgénico. Daniel Carlson define lo que pasó como un descuido,su objetivo era asegurarse de haber insertado correctamente la secuencia,que produjera el efecto deseado y en este sentido todos fueron resultados positivos.La empresa siempre ha hecho pública la investigación con total transparencia dice Carlson. Afortunadamente,el animal solo era para investigación y no para el comercio.
Fuentes:El País
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