UN PARCHE DE CÉLULAS MADRE CAPAZ DE REGENERAR EL TEJIDO CARDIACO TRAS UN INFARTO

Un nuevo bioimplante desarrollado en el hospital Germans Trias se coloca por primera vez en el mundo en un paciente. En tres meses logra reducir la zona dañada del corazón en un 10% tras el infarto.

Por primera vez en el mundo, el corazón de un paciente comienza a regenerarse después de sufrir un infarto gracias a una gran obra de bioingenieria. Se trata de un bioimplante de células madre de cordon umbilical. Un éxito de la ciencia española sin precedentes. Los resultados son muy ilusionantes y esperanzadores . Seis meses después de pasar por quirófano, el hombre, de 70 años " ha pasado de no salir prácticamente de casa y ahogarse en pequeños esfuerzos a venir a la consulta andando", explica entusiasmado Antoni Bayés-Genís, responsable del equipo de investigación en enfermedades cardiovasculares del hospital Germans Trias de Barcelona.


"Como el propio paciente reconoce, ya hace 10 años su expectativa de vida era muy corta y con limitaciones en su día a día", cuenta Bayés-Genís. El problema: la insuficiencia cardiaca. Cuando se produce un infarto de miocardio, el corazón pierde fuerza para latir por culpa de la muerte de las células del área lesionada, que han dejado de recibir sangre de las arterias coronarias.

¿Como a sido posible? A partir de un pericardio humano que se vacía de células para después enriquecerlo con las mesenquimales del cordón umbilical. De ahí su nombre: Pericord, que obtuvo a finales de 2018 el permiso de la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios para su uso en humanos.

Con esta luz verde, el salto a la clínica se pudo dar el pasado mes de mayo en el hospital German Trias. "Era un hombre de 70 años con insuficiencia cardiaca y una extensión necrosada del corazón similar al tamaño de un bioimplante", detalla Bayés-Genís. Además requería una operación a pecho abierto para colocar bypass, así que aprovechando esta cirugía procedimos a la intervención.

De forma previa, el bioimplante se preparó con ayuda del Instituto de Bioingenieria de Catalunya. Se eliminaron las células del pericardio humano donado, quedando solo la matriz, donde se almacenaron después las células mesenquimales del cordón umbilical. En unas ocho horas estaba listo el parche que se iba a colocar en el corazón del paciente.


Fuente:EL MUNDO

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