AUTODOMESTICACIÓN HUMANA


Un experimento celular ha sido la primera demostración de la genética de que los humanos crearon un comportamiento amigable y sociable mediante el carácter de sus compañeros. Los investigadores han llegado a encontrar una red genética implicada en esta ruta evolutiva hacia la prosocialidad, que también se conecta con la morfología del rostro ( algo imposible de encontrar en el geoma de especies como los neandertales).

 Éste experimento se basó en las células del síndrome de Williams, un síndrome que provoca unas discapcidades cognitivas y un carácter abierto, de confianza y simpático.
El estudio se publicó en la revista científica "science advance", colaborando con el equipo de la universidad de Barcelona, con Cedrick Boeckx como director (profesor de Lingüistica y miembro del instituto de sistemas complejos UBICS, además de profesor en la universidad de Mlián e instituto Europeo de Oncología).

Ésta idea de la autodomesticación lleva siendo planteada desde el siglo XIX, partiendo de la creencia que muchos rasgos de la conducta cognitiva de los humanos vienen de un proceso evolutivo muy semejante a la domesticación de los animales. Estudios previos a éste encontraron genes relacionados con los rasgos de la domesticación de humanos y los animales domesticados.


 Para poder comprobar esta relación los científicos se centraron en el síndrome de Williams, una neurocristopatia (trastorno con características relevantes para la domesricación) usando modelos in vitro del síndrome con células madre de la piel.

 Los resultados han demostrado que el gen BAZ1B controla el comportamiento de las células de la cresta neural. Los niveles más bajos del gen condujeron a una migración pequeña de la cresta neural y los niveles más altos provocaron aún más migración.



También se mostró que éste mismo gen, el gen BAZ1B afecta a muchos otros genes que guardan mutaciones de frecuencia alta en los humanos modernos y que no se encuentran en los genomas arcáicos con los que disponemos. Resumiendo, llegaron a la conclusión de que el gen BAZ1B es la causa de que nuestro rostro sea diferente a otros antepasados como los neandertales. También han conseguido validar la hipótesis de que la autodomesticación está basada en la cresta neural.





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