Los geólogos han estado advirtiendo durante años de que tarde o temprano un devastador terremoto sacudirá la ciudad de Estambul, la cual tiene alrededor de 15 millones de habitantes. Por esta razón los expertos esperan decenas de miles tanto de muertos como de heridos, así como importantes daños a la propiedad. La ciudad no está preparada para soportar un seísmo de tal magnitud, por lo que los edificios se derrumbarán y la infraestructura quedará destrozada.
No saben exactamente cuándo se producirá la catástrofe, pero lo que sí tienen claro es que es inevitable.
La metrópoli más grande de Turquía se encuentra sobre la Falla de Anatolia del Norte, una de las estructuras geológicas más peligrosas del mundo, que divide las placas de Eurasia y Anatolia.
Los días 24 y 26 de septiembre de 2019 tuvieron lugar dos fuertes seísmos de magnitudes 4,7 y 5,7 bajo el Mar de Mármara. Los epicentros se encontraban a unos 70 kilómetros de la ciudad turca, donde también se sintieron ambos terremotos. Se registraron al menos 34 heridos, pero ninguna muerte.
Investigadores del Centro de Investigación de Geociencias de Alemania (GFZ), con colaboraciones de compañeros de Francia y Turquía, han analizado mediciones del fondo marino. En julio se publicó en la revista Nature su estudio, el cual confirma la amenaza de un terremoto inminente próximo a Estambul.
La alarmante tensión tectónica acumulada a lo largo de la falla de Anatolia del Norte, fue la causa del último formidable seísmo que sacudió el noroeste de Turquía 20 años atrás: el terremoto de Izmit, con una magnitud de 7,4 y el cual, en 1999, arrebató la vida a más de 17.000 personas.
Todavía no se puede afirmar si los cataclismos actuales han causado que el eminente seísmo esperado sea más probable, declaró Marco Bohnhoff del GFZ, dado que también es factible que el riesgo haya disminuido.
Los expertos apuntan que la tensión tectónica de la falla es aún mayor que en 1999. Concluyen que en vez de divergir entre sí, las placas de Eurasia y Anatolia colisionan la una con la otra. Los investigadores informan de que la consecuencia de este choque podría ser un terremoto de magnitud entre 7,1 y 7,4.
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