El Homo naledi no ha dejado de sorprender desde su
descubrimiento con características anatómicas muy antiguas y un cerebro muy
pequeño pero, sin embargo, pudo coincidir con nosotros los humanos modernos
tanto en lugar como tiempo.
Recientemente, un nuevo estudio ha reconstruido la forma del cerebro de este homínido a partir de restos de cinco individuos y ha llegado a la conclusión que por pequeño que sea, se parecía increíblemente al nuestro, lo cual refuerza el pensamiento de que los naledi eran inteligentes.
Recientemente, un nuevo estudio ha reconstruido la forma del cerebro de este homínido a partir de restos de cinco individuos y ha llegado a la conclusión que por pequeño que sea, se parecía increíblemente al nuestro, lo cual refuerza el pensamiento de que los naledi eran inteligentes.
Los restos de estos individuos fueron descubiertos en las
cuevas de Rising Star, Johannesburgo. En el yacimiento, aparecieron más de 1500
restos óseos pertenecientes a varios individuos. El hallazgo fue proclamado
como uno de los más importantes del siglo XXI dentro del campo de la
arqueología. No sólo se trataba de una nueva especie si no que parecía capaz de
tener un comportamiento tan sorprendente como el enterramiento de sus
familiares.
Antes de datar el hallazgo, los investigadores llegaron a creer que se trataba de una especie con varios millones de años de antigüedad, e incluso fue considerado un "eslabón perdido" de los últimos australopitecos. Pero recientemente, se descubrió que era mucho más moderna y que formó parte de los primeros humanos modernos en África. Esto supuso un gran enigma para los científicos, ya que durante mucho tiempo se pensó que existió una sola especie durante este período tardío: el Homo sapiens. Pero, ¿Cómo pudieron existir los naledi junto a otra especie con el cerebro mucho más grande? Un nuevo estudio sugiere que, el tamaño no es tan importante en relación a su comportamiento.
La reconstrucción del cerebro del naledi ha sido construida a partir de fragmentos de cráneos parciales o completos de diferentes individuos de edad adulta. Uno de los individuos tenía una huella muy clara de los pliegues cerebrales. “Este es el cráneo que he estado esperando durante toda mi carrera” según Ralph Holloway, cabecilla de la investigación.
Según los resultados, la anatomía del lóbulo frontal del Homo naledi resulta ser similar al de los humanos. Otros miembros del género Homo, también compartían esta característica craneal con los seres humanos de hoy en día. Cabe destacar que otros parientes anteriores como el Australopithecus tenían una forma mucho más parecida a la de los simios en esta parte del cerebro, lo que nos demuestra que la evolución en esta parte del cerebro surgió con el género Homo.
No sólo el lóbulo posterior del naledi se parecía al nuestro, si no que la parte posterior también se parecía más al nuestro a diferencia de los homínidos. Los cerebros humanos de hoy día suelen ser asimétricos con el lado izquierdo desplazado hacía adelante en contraste con el derecho. Durante la investigación, se encontraron signos de esta asimetría en uno de los cráneos de los 5 individuos.
Los cerebros de gran tamaño eran costosos para nuestros ancestros ya que algunas especies pudieron haberlo pagado con dietas más completas, caza y recolección e incluso con una infancia más larga. Parece ser que esto no funcionó con los naledi, pues tenían todas las características necesarias para el desarrollo de todas sus actividades.
Comentarios
Publicar un comentario