¿LOS HUMANOS SOMOS MÁS LISTOS QUE LOS ANIMALES?


Los estudios realizados por la bióloga e investigadora francesa Emmanuelle Pouydebat sobre la inteligencia de los animales, recogidos en un libro, pueden hacer dudar a cualquiera de la superioridad intelectual de la que el género humano hace gala a la hora de hablar de sus conocimientos.


Los animales son a veces tan inteligentes como los humanos, en algunas ocasiones lo hacen mejor que nosotros, como por ejemplo en temas de memoria.

 Tras quince años de experimentación, la bióloga francesa concluye que la inteligencia es una
función del comportamiento que permite  responder a problemas en su propio beneficio, para un animal es para sobrevivir.


El humano es en la escala evolutiva el más joven en el planeta, y el mundo animal es un recurso inagotable de inspiración para lo humanos.

Los animales tienen la capacidad de memorizar, de elaborar sus propias herramientas y son más inteligentes que los humanos porque no destruyen su entorno, un ejemplo es de numerosos animales que fabrican herramientas para sobrevivir o conseguir alimento.

La inteligencia superiora de los humanos tiene que intervenir diferentes factores como la cultura y disciplinas como la filosofía, la psicología, la etología, la ecología y las ciencia evolutivas.

El problema es que no existe una definición consensuada de la inteligencia, pero los humanos han demostrado carecer de inteligencia colectiva en muchos casos como el cuidar nuestro hábitat.

La Naturaleza tiene un equilibrio donde cada especie, tiene un rol que desempeña para la conservación de la biodiversidad, pero, desafortunadamente los humanos tenemos el problema de estar por encima de nuestro entorno.

Por muchas razones históricas, los humanos carecen de humildad y perspectiva en sus habilidades y en la escala evolutiva tenemos que reconocer que en un corto período de tiempo los humanos hemos destruido enormemente nuestro propio medio ambiente.

Sostiene que la inteligencia de numerosas especies probablemente evolucionó poco durante millones de años porque su medio no requería esa forma específica de adaptación.

FUENTE: El Comercio

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