
Ahora, un nuevo estudio ha reconstruido la forma del cerebro de ese homínido a partir de los cráneos de cinco individuos y ha concluido que, aunque diminuto, se parecía sorprendentemente al nuestro. El hallazgo refuerza la hipótesis de que los naledi podían haber sido inteligentes y pone en duda la creencia de que la evolución humana haya sido una marcha inevitable hacia cerebros más grandes y complejos.
Naledi fue descubierto por el equipo de Lee Berger, profesor de la Universidad de Witwatersrand, en las cuevas de Rising Star, a 50 kilómetros de Johannesburgo. En el yacimiento aparecieron 1.500 restos óseos, pertenecientes a quince individuos. El hallazgo fue aclamado como uno de los más importantes del siglo XXI en su campo. No solo se trataba de una nueva e inesperada especie, sino de una que parecía capaz de un comportamiento tan sofisticado como el enterramiento de sus muertos.
Antes de ser datada, los investigadores llegaron a creer que esta especie tenía varios millones de años de antigüedad e incluso se la consideró un posible eslabón perdido entre los últimos Australopitecos (aún no humanos) y los primeros del género Homo. Pero en 2017, se demostró que era mucho más "moderna" y que posiblemente "acompañó" a los primeros humanos modernos en África. Este es un enigma para los científicos, ya que durante mucho tiempo habían sostenido que hubo una única especie en el continente madre en este período tardío: el Homo sapiens.

Los investigadores reconstruyeron las huellas de la forma del cerebro de Homo naledi (lo que se llama endocastos) a partir de una extraordinaria colección de fragmentos de cráneos -algunos parciales, otros
La anatomía del lóbulo frontal de naledi ha resultado ser similar a la de los humanos y muy diferente de los grandes simios. Otros miembros de nuestro género, desde Homo erectus hasta Homo habilis y los "hobbits", de cerebro pequeño (Homo floresiensis) también compartían eras características del lóbulo frontal con los seres humanos vivos. Pero parientes anteriores, como el antiguo Australopithecus africanus, tenían una forma mucho más simiesca en esta parte del cerebro, lo que sugiere que los cambios funcionales en esta región del cerebro surgieron con los Homo. "Es muy pronto para especular sobre el lenguaje o la comunicación en Homo naledi -dice el coautor del estudio, Shawn Hurst-, pero hoy el lenguaje humano se basa en esta región del cerebro".
Fuente: El País
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