
Y parece ser que este pequeño pero esencial fragmento de código aún permanece a día de hoy de forma muy activa en el cerebro de los humanos. Aquí realiza su tarea de “empaquetar” información genética en forma de pequeñas cápsulas, cuyo parecido con los propios virus es increíble, y enviarlas desde unas células nerviosas a otras.
El punto es que, los investigadores responsables del trabajo sostienen que estas cápsulas podrían estar en la misma base del sistema responsable de la comunicación y reorganización de los nervios a lo largo del tiempo, tareas que son de la máxima importancia para elaborar el pensamiento superior.
A pesar de que pueda resultar insólito que parte del código genético humano tenga procedencia en los virus, resulta que no es un hecho poco común, es más, un estudio publicado en Cell en 2016, halló que entre el 40 y el 80% del genoma humano procedía de alguna invasión vírica producida durante el período arcaico.
Esto se debe a que los virus son unas criaturas que además de intentar establecer su hogar en el anfitrión intentan introducirse en sus genomas, son auténticos "parásitos genéticos".

Este mismo estudio de 2016, por ejemplo, atribuye a algunos de esos genes virales un importante papel en el sistema inmune así como el desarrollo temprano del embrión en sus primeros días de existencia.
Ahora, con los nuevos estudios realizados se lleva este tema un poco más lejos. Los investigadores nos afirman que este virus, vivo y activo en nuestras neuronas, parece ser tan importante en los procedimientos por los que se rige nuestro pensamiento tal y como lo conocemos, que quizás no se podría haber desarrollado sin su intervención.
Fuente: ABC
Comentarios
Publicar un comentario