
Es lo que ha ocurrido con un pequeño planeta situado a unos 340 años luz. Se llama K2-229b y ha llamado la atención de los astrofísicos, sobre todo, por dos razones: tiene un tamaño parecido al de la Tierra pero su composición es similar a la de Mercurio. Además, orbita una estrella (K2-229), que es parecida al Sol tanto en temperatura como edad.
En total, hasta ahora se han encontrado tres planetas alrededor de esta estrella. Según se detalla esta semana en un estudio publicado en la revista Nature Astronomy , K2-229b es el que se encuentra más cerca de ella, mucho más de lo que está Mercurio del Sol (tarda sólo 14 horas terrestres en dar una vuelta alrededor de su estrella). Su temperatura durante el día puede llegar a alcanzar los 2.000 grados centígrados, mientras que en Mercurio las máximas rondan los 430ºC.
Según señalan los autores del estudio, entre los que figuran los españoles David Barrado Navascués, del Centro de Astrobiología (CAB/INTA-CSIC), y Jorge Lillo-Box, investigador postdoctoral en el Observatorio Europeo Austral (ESO), este mundo rocoso muestra que los planetas parecidos al pequeño Mercurio son más comunes de lo que se pensaba hasta ahora.
El enigmático Mercurio
En nuestro sistema solar hay cuatro planetas rocosos: la Tierra, Marte, Venus y Mercurio. Sin embargo, la composición de Mercurio, el más pequeño de todos, es diferente al resto, pues es muy rico en metales. Así, mientras que Venus, la Tierra y Marte tienen aproximadamente un 30% de núcleo metálico y un 70% de manto de silicatos, Mercurio tiene estos porcentajes invertidos, con un 70% de núcleo metálico y un 30% de manto de silicatos.

Según proponen los autores del estudio, la proximidad con su estrella posiblemente provoca que la parte más externa del planeta (el manto), se volatilice y se forme una atmósfera de vapores de silicatos. Parte de esta materia se podría haber perdido en el espacio, lo que explicaría la particular composición de Mercurio. Otra posibilidad es que haya sufrido el impacto con asteroides de gran tamaño como le pasó a la Tierra cuando se formó la Luna.
Fuente: El Mundo
Fuente: El Mundo
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