
Los científicos estiman que entre el 2% y el 5% de la población tienen experiencias de este tipo; además se sabe que se producen en miembros de una misma familia, por lo que la herencia genética es clave en la explicación de este extraño fenómeno.
Amanda Tilot, genetista en el Instituto Max Planck de Psicolingüística (Países Bajos), declara que las imágenes cerebrales de adultos con sinestesia sugieren que sus circuitos están conectados de manera un poco diferente a los de las personas con asociaciones sensoriales normales.
Estas conclusiones son el resultado de un reciente estudio llevado a cabo por investigadores del Instituto mencionado y de la Universidad de Cambridge (Reino Unido). Estos científicos han secuenciado el ADN de 18 personas de tres familias diferentes con una tradición de sinestesia.

Los seis genes en los que se concentran estas variantes están relacionados con el desarrollo del cerebro. Amanda Tilot sostiene que algunos genes como SLIT2 y ROBO3 , con función de guías de las neuronas en sus conexiones en el cerebro, sufren variantes o alteraciones que causan que la conectividad sea algo diferente.
Otros genes están relacionados con los extremos de los axones y ayudan a las neuronas a completar las conexiones. Los científicos sostienen que la sinestesia puede deberse a sutiles diferencias en la forma de conectarse que tienen las regiones del cerebro que procesan la información sensorial.
Simon Baron-Cohen, director del Centro de Investigación del Autismo de la Universidad de Cambridge, afirma que la investigación llevada a cabo revela cómo la variación genética puede modificar nuestras experiencias sensoriales, a través de la conectividad alterada en el cerebro.
El estudio ha sido publicado en la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias y supone un avance que ayuda a explicar este peculiar funcionamiento del cerebro de algunos seres humanos.
Fuente: El País, ABC
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