TÉCNICA PARA EDITAR EL GENOMA SIN TOCAR LOS GENES

Se trata de un sistema basado en CRISPR pero no altera los genes ataca en ratones la enfermedad renal, la diabetes y la distrofia muscular. La investigación basada en la edición de los genomas, esta avanzando realmente rápido y en breves se realizará una aplicación clínica, se basa en CRISPR que por extraño que parezca no corrige los genes realmente dichos sino otras cosas que se adhieren a ellos para controlar su regulación. Realizando la investigación se observa que elimina los principales problemas asociados a CRISPR y han aliviado varias anomalías en ratones, de todas formas su ensayo clínico es arriesgado y debe esperar un tiempo para que pueda ser realizado.


La complicación que puede tener es que el CRISPR, corta el ADN y esto puede causar efectos indeseados, para la investigación se utiliza un tipo inerte, que no corta ADN y se combina con distintas proteínas que pueden regular los genes.

La tecnología CRISPR es una herramienta molecular que se utiliza para corregir el genoma de cualquier célula, se les consideran unas tijeras moleculares que son capaces de cortar cualquier molécula de ADN haciéndolo además de una manero muy precisa y muy controlada.

 Es capaz de cortar el ADN lo que permite cambiar su secuencia, eliminando a añadiendo nuevo ADN.

Los científicos están probando con ratones como modelos, que tienen una alteración genéticamente para convertirse en prototipo de de enfermedades humanas. Tienen tres tipos de anomalías genéticas similares a las que un humano puede padecer, y se obtuvo un resultado bastante prometedor y con esperanza, porque actuó sin ningún problema.

Los nuevos investigadores tienen muchas esperanzas en esta innovadora tecnología, aseguran que tienen nuevos proyectos en mente como investigar el envejecimiento, no es una enfermedad en sí, pero si la madre de todas ellas.

El gran poder de este sistema se funda para encontrar una aguja (gattaca) en el pajar del genoma, que en el humano es bastante grande con unas 3.000 millones de letras. La clave está en la complementariedad de las letras (T,C,G)  que convierte las secuencias complementarias en las dos mitades de un velcro.
Fuente: El País.

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