
Hace millones de años, un antiguo virus unió su código genético con el genoma de los primeros cuadrúpedos (animales que andaban en cuatro patas). Ese código (llamado gen Arc) sigue vigente en nuestro cerebro y en el de muchos animales, excepto en el de las moscas y de los gusanos de la fruta.

¿Y qué tiene en común este gen con otro virus? Seguido de una sinapsis, el gen cobra "vida" escribiendo sus instrucciones en ARN, en vez de ADN. El ARN es el mensajero fuera del núcleo del ADN. Curiosamente, los virus almacenan su información en ARN en vez de ADN, que es la forma más común de almacenar la información en los organismos.
Después, la célula empieza a construir alrededor del gen unas envolturas de proteínas muy similares a las de los virus.

Esas envolturas le permiten viajar entre célula y célula pasando la información genética de forma segura.
Estos procesos subyacen desde funciones cerebrales sencillas, hasta la propia cognición humana, afirman los expertos.
Los investigadores ahora quieren dar el siguiente paso, que es reunir a expertos de la materia para averiguar como llegó el gen Arc a nuestro genoma y cual es la clase de información que está pasando a través de neuronas en la actualidad.
Fuente: ABC
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