CÉLULAS MADRE PARA EL TRATAMIENTO DE LA ESCLERODERMIA

La esclerodermia es una grave enfermedad autoinmune. Esta rara e incurable enfermedad afecta a alrededor de dos millones y medio de personas en el mundo, sobre todo a mujeres en edad fértil. Se caracteriza por el endurecimiento de la piel y de los tejidos conjuntivos y puede afectar fatalmente a órganos internos.

Pues bien, se ha llevado a cabo un estudio en la Universidad de Duke, Durham (EEUU) que demuestra que un trasplante de células madre hematopoyéticas del propio afectado por la enfermedad es más efectivo que los tratamientos médicos actuales y mejoran la calidad de vida de los pacientes.


El director del estudio, Keith Sullivan, profesor de medicina celular de la Universidad de Duke, manifestó que en los casos severos los tratamientos con medicamentos convencionales no son muy efectivos a largo plazo, así que un nuevo enfoque terapéutico era totalmente prioritario.

Para llevar a cabo la investigación, se escogió aleatoriamente a 36 pacientes con esclerodermia de EEUU y Canadá y se les hizo un trasplante de células madre de su propia sangre; previamente se había eliminado las células del sistema autoinmune afectadas tras haber recibido los enfermos un tratamiento de quimioterapia y radioterapia para destruir la médula ósea y el  sistema inmune.
Otros 39 pacientes, escogidos también al azar, recibieron inyecciones intravenosas de ciclofosfamida, que es el tratamiento convencional que se utiliza para los casos de esclerodermia severa.

Los resultados han sido esperanzadores y suponen un importante avance médico, ya que los pacientes a los que se les trasplantaron  las células madre mejoraron de forma significativa su supervivencia, la funcionalidad de los órganos, el endurecimiento de la piel y la calidad de vida.

Sin embargo, no todo está conseguido ya que esta técnica supone mayor riesgo a corto plazo de infecciones y recuentos bajos de células sanguíneas.

El estudio sigue en marcha y se están valorando los efectos positivos y negativos sobre los pacientes.

Keith M. Sullivan manifiesta que las decisiones terapéuticas deben realizarse siempre de forma individual pero esta técnica ofrece mayores beneficios para tratar la enfermedad a la largo plazo que los tratamientos con la ciclofosfamida.

Esta investigación ha sido publicada en la revista "The New England Journal of Medicine".

Fuentes: ABC, EcoDiario

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