EL PÁJARO MÁS PARECIDO A UN AGUJERO NEGRO QUE CONOCEMOS

Para los machos de las aves del paraíso, el amor justifica ser un «pelín» extravagante de vez en cuando: llegado el momento, preparan un rincón de la selva para hacer un peculiar y dramático baile y exhibir unos de los plumajes más chillones que se conocen. Cuando las hembras, unos pajarillos marrones y bastante sosos, ven el baile de sus pretendientes, queden irremediablemente aturdidas y «enamoradas».

 Científicos de la Universidad de Yale han descubierto un secreto escondido en las vistosas plumas de seis especies de aves del paraíso de Papúa Nueva Guinea, Indonesia y Australia. Han averiguado que gracias a la presencia de unas complejas estructuras microscópicas en las bárbulas, unas ramificaciones de las plumas, estas son capaces de absorber el 99.95 por ciento de la luz incidente, tanto como algunos materiales artificiales ultranegros que los humanos usan en instrumentos de gran precisión, como telescopios, o incluso en paneles solares. Los investigadores creen que el objetivo de este plumaje, el más oscuro que se conoce, es crear una ilusión óptica para atraer a las hembras y que los otros colores resulten más vistosos. Este estudio se ha publicado recientemente en la revista  Nature Communications y ha sido dirigido por Dakota E. McCoy.

«La evolución a veces da con las mismas soluciones que los humanos», ha dicho en un comunicado Rick Prum, investigador en la Universidad de Yale. Aunque lo más probable es que sea al revés, y que sean los humanos los que lleguen a soluciones ya usadas por la naturaleza, en esta ocasión los investigadores han constatado y estudiado la presencia de estructuras microscópicas en las plumas similares a las usadas por ingenieros en los materiales ultranegros.

«El negro resulta muy chocante en estas aves. Realmente parece diferente», ha dicho en Live Science Teresa Feo, investigadora de la Institución Smithsonian. «Cuando los miras, son tan oscuros que apenas puedes enfocar la mirada en ellos. Te sientes casi mareado».
Una «jaula» para la luz

El secreto está en la estructura microscópica de las bárbulas, unos filamentos que parten de las barbas de las plumas. En vez de tener filamentos simples, las plumas súper negras tienen bárbulas más rizadas y aplanadas con forma de hojas de árbol. Por eso, dispersan la luz y producen un fenómeno conocido como absorción estructural, a través del cual los fotones rebotan y quedan «atrapados» por la estructura de las bárbulas, dándole a la pluma su apariencia negra aterciopelada.

Curiosamente, y a través de un mecanismo similar de dispersión, otras aves adquieren su coloración estructural, y su apariencia iridiscente. Junto a este, las aves tienen un segundo mecanismo de coloración, basado en pigmentos.

A través de técnicas de microscopía electrónica de barrido (SEM), de tomografía nano-computerizada (nano-CT) y simulaciones de rayos, los investigadores observaron las bárbulas y dedujeron su capacidad de dispersar la luz. Así, averiguaron que tienen una «reflectancia direccional extrema» y que se ven más oscuras cuando se ven desde cierta posición. Todo esto, en conjunto, les ha llevado a pensar que son resultado de un complejo proceso de evolución que ha tendido a potenciar la negrura de las plumas para maximizar el poder de los colores vistosos.

Fuente: ABC

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