
«Sorprendentemente, un solo gen, y uno que es usado en repetidas veces a lo largo del desarrollo, puede tener efectos enormes», dice recientemente Owen McMillan, coautor del estudio e investigador en el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI), Panamá. El hecho de que en cada animal tenga distintos efectos es una confirmación de uno de los principios más importantes de la evolución: cuando un mismo gen adquiere nuevas funciones, los animales se diversifican.

En un comienzo, los autores, entre los que hay investigadores de la Universidad de Cornell, la de Chicago, la de Cambridge, la de California-Berkeley y la de Oxford Brookes, quisieron investigar precisamente cómo surgía la diversidad del color de las mariposas en el nivel de los genes. Para ello, recurrieron a las modernas técnicas de edición del ADN, CRISPR/Cas. Esto les permitió inactivar al gen WntA y después inferir cuál es su función en cada grupo de mariposa. En total, hicieron este trabajo con siete especies diferentes.
Gracias a esto, observaron que el gen WntA funciona de un modo distinto en cada especie y a veces incluso de forma diferente dentro de cada una. En ocasiones este gen es «leído» por células de las venas de las alas, pero en otros casos son las células de la base de estos órganos las que lo leen.
¿Qué quiere decir que una célula «lee» un gen? Esto ocurre cuando el material genético se expresa, lo que implica que la maquinaria celular produzca proteínas que desempeñan una función, en este caso, generar los patrones de la coloración, a partir de lo que ha encontrado en el ADN. En el caso de WntA, la proteína que se produce en las células se libera al exterior, donde actúa como un mensajero. Este le dice a las otras células especializadas dónde deben colocarse en un tejido, lo que influye en la aparición del color.
Fuente: ABC
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