METÁSTASIS TEMPRANA EN CÁNCER DE MAMA

Históricamente se pensaba que las células se podían volver malignas y formar un tumor, para luego migrar hacia otras partes del cuerpo y hacer metástasis.

Dos estudios publicados en Nature, realizados por científicos de Estados Unidos y Alemania muestran que las células del cáncer de mama desarrollan metástasis incluso antes de que se forme el tumor.

Las células del cáncer de mama albergan mutaciones que les permiten migrar antes de que se desarrolle el tumor primario e invadir otros órganos en los que pueden permanecer en un estado de latencia durante largos periodos de tiempo para, finalmente, despertar, proliferar, y dar lugar a un tumor muy agresivo y en muchos casos, mortal. Estas células malignas migratorias son conocidas como células del cáncer diseminadas( DCC).

Este mecanismo también estaría presente en otros tipos de cánceres, como melanoma y páncreas, y explicaría por qué hay pacientes que reciben tratamientos, parecen estar curados, pero más tarde enferman de nuevo.

Julio Aguirre- Ghiso y Soledad Sosa fueron los directores de una investigación que llevó al descubrimiento del mecanismo y colaboraron con el grupo de Alemania, liderado por Christoph Klein.

Ambos grupos se basaron en experimentos con ratones genéticamente modificados para producir tumores HER2 positivo( así se llama a los cánceres de mama que tienen demasiada cantidad de proteína HER2 o copias adicionales del gen HER2).

El trabajo liderado por Aguirre- Guiso demuestra que el gen HER2 positivo inicia el proceso de diseminación de las células malignas, inactivando permanentemente la proteína p38, así, la célula pierde su capacidad para estar adherida a otras vecinas y se empieza a mover.

Posteriormente, la célula produce otra proteína que pertenece al grupo de las WNT, que favorece también el movimiento.

Por otra lado, el trabajo liderado por Klein demostró que la hormona progesterona puede contribuir también a la diseminación temprana de las células malignas. Lo hace al estimular la producción de otras proteínas WNT que ayudan a que se de la migración de las células DCC.

A la vez, los hallazgos revelan que las células malignas que migran tempranamente pueden mantenerse dormidas por un largo periodo de tiempo, pasando inadvertidas tanto para la quimioterapia como para la inmunoterapia, y luego activarse formando metástasis en otros órganos del mismo paciente.

Este descubrimiento permite la posibilidad de que se desarrollen marcadores moleculares para detectar las células del cáncer diseminadas en el paciente y que permanecen dormidas antes de formar metástasis, a través de un test en cada paciente. Este tipo de herramientas permitirá impedir que dichas células despierten e incluso llegar a matarlas, según comenta Aguirre- Ghiso.

Otra posibilidad para el futuro es que los tratamientos para el cáncer combinen tanto una terapia para las células que proliferan hacia el tumor primario, y otra para eliminar a las células que migraron y duermen.

De acuerdo con Klein, ahora se necesita comprender cómo las células malignas sobreviven en sitios distantes, cómo progresan, y qué hace que ellas se despierten.

Otra pregunta es, ¿ estas células viajeras, por qué no esperan y colaboran para formar el tumor primario y, por el contrario, se lanzan a la conquista de otros órganos? Según los autores, podría ser que su objetivo sea el formar una cabeza de puente para las células cancerígenas que vayan llegando a continuación, con las que colaborarán para originar el tumor metastásico.

O también puede ser que lo hagan simplemente porque sí, porque las mutaciones les induzcan a migrar a otros órganos sin atender a los posibles requerimientos del tumor primario. La verdad es que aún no se sabe, pero en opinión de los autores del estudio, el mecanismo biológico identificado en estos estudios permitirá avanzar en el conocimiento para prevenir, o en su defecto tratar las metástasis de una forma más efectiva.

Para muchos pacientes, si no hay metástasis, no habrá muerte por cáncer.

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