LA TEMPERATURA DEL PLANETA ALCANZA SU PUNTO MÁS ALTO EN 115.000 AÑOS

La temperatura del planeta ha alcanzado niveles nunca vistos en 115.000 años. Según un estudio publicado en el Earth-Systems Dynamics Journal y apadrinado por James Hensen, antiguo climatólogo de la NASA, y otros 11 expertos en cambio climático, esto requerirá grandes avances tecnológicos que le costarán cientos de billones de dólares a las generaciones venideras.

En el informe, los reconocidos científicos afirman que en 2016 la temperatura será 1,25ºC más que antes de la era preindustrial, siguiendo con la tendencia de calentamiento en la que el planeta ha aumentado su temperatura a un ritmo de 0,18ºC cada década durante los últimos 45 años.

La temperatura media del planeta ha alcanzado un nivel parecido a la media del periodo glacial anterior, el Eemian, hace 115.000 años, en el que había mucho menos hielo y el nivel del mar estaba entre 6 y 9 metros más alto que hoy en día.

La herencia que dejamos:

Como apunta Hansen “existe la idea errónea de que hemos empezado a encarar el problema del cambio climático. Este engaño se apoya en el acuerdo de París, en el que los gobiernos sólo se dieron "palmaditas" en la espalda sin resolver el problema; pero cuando ves los datos no cuadra, no es verdad”. A pesar de todo, existe un método para conseguir una disminución de temperatura usando medidas “naturales” con un coste mucho menor: a través de la reforestación y otras prácticas agrícolas. Esto sólo sería posible si la eliminación de los combustibles fósiles empezase ya, y lograría que las consecuencias irreversibles del cambio climático se minimizasen.

El acuerdo de París de 2015 para evitar el cambio climático acelerado pretendía rebajar 1,5ºC la temperatura del planeta. Esto se ha visto truncado por el incremento en un 20% en la última década de los gases invernadero, debido en gran medida a la reaparición de fugas de metano. Como dice el artículo, para poder cumplir los plazos, sería necesaria una “inmensa extracción de CO2”, a través de procedimientos como la Bioenergía con Captura y Almacenamiento de Carbono (BECCS en inglés), suponiendo una inversión de entre 104 y 570 billones de dólares con “enormes riesgos y viabilidad incierta”.

Incluso asumiendo que la reducción de emisiones de carbono fuera posible, Hansen declara que “estamos poniendo a las generaciones venideras al frente de una situación que se escapa a su control. No se sabe con seguridad si podrán arreglarlo”.

Indiscutiblemente, las emisiones continuadas de CO2 condenan a los jóvenes o bien a asumir costes desmesurados en limpieza, o bien a un clima cada vez más insoportable. El año pasado, un grupo de 21 jóvenes de entre 8 y 19 años presentaron un recurso contra la administración de Obama por no tomar las medidas necesarias para ralentizar el cambio climático. El artículo de Hansen les sirvió como base para apoyar sus argumentos durante el proceso legal.

Las recomendaciones de Hansen:

- Los tribunales deben forzar a los gobiernos para que actúen contra el cambio climático, imponiendo medidas como un impuesto global sobre las emisiones de carbono, así como obligar a las empresas petroleras a pagar por las emisiones derivadas de la extracción de combustible.

- Para poder llegar a reducir las emisiones se hace imprescindible empezar a utilizar biocombustibles. Los residuos de este tipo de energía se enterrarían bajo tierra, sirviendo como abono, aunque esto no evitaría la necesidad de algún tipo de tecnología que aspirase el CO2 directamente de la atmósfera. Hansen alerta sobre la cantidad de terreno que se necesitaría para poder llevar esto a cabo, así como de su desconfianza hacia la posibilidad de tener lista a tiempo la tecnología necesaria para poder aspirar el CO2.


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