El telescopio espacial Hubble de la NASA/ESA ya había fotografiado NGC 6818 con anterioridad, pero ha sido esta nueva mirada a la nebulosa planetaria, con una nueva mezcla de filtros de color, la que nos ha revelado su inmensa belleza. Al brillar sus asombrosos tonos turquesa y rosados en todo su esplendor, NGC 6818 hace honor a su nombre: la Pequeña Gema.
Esta nube de gas se formó hace unos 3.500 años, cuando una estrella similar al Sol alcanzó el final de su vida y expulsó sus capas exteriores al espacio. A medida que las capas de material estelar escapaban del núcleo —el remanente estelar blanco que se aprecia en el centro de la imagen—, terminaron por adoptar formas caprichosas.
NGC 6818 presenta unos enrevesados filamentos rosados y dos claras capas turquesa: una interior, ovalada y brillante, y otra exterior, esférica y que envuelve a la primera como un velo traslúcido.
La estrella central cuenta con una tenue compañera a unas 150 unidades astronómicas de distancia, o cinco veces la distancia entre el Sol y Neptuno. Para verlas solo tenemos que ampliar la imagen en el centro: el punto blanco no es perfectamente esférico, sino que se aprecian dos puntos juntos.
NGC 6818 se encuentra en la constelación de Sagitario (El Arquero), a unos 6.000 años luz de la Tierra. Fue fotografiada por primera vez por la Cámara Planetaria y de Gran Angular 2 del telescopio espacial Hubble en 1997. En 1998 y 2000 volvió a fotografiarse con distintos filtros de color para destacar los diversos gases de la nebulosa.
Esta nube de gas se formó hace unos 3.500 años, cuando una estrella similar al Sol alcanzó el final de su vida y expulsó sus capas exteriores al espacio. A medida que las capas de material estelar escapaban del núcleo —el remanente estelar blanco que se aprecia en el centro de la imagen—, terminaron por adoptar formas caprichosas.
NGC 6818 presenta unos enrevesados filamentos rosados y dos claras capas turquesa: una interior, ovalada y brillante, y otra exterior, esférica y que envuelve a la primera como un velo traslúcido.
La estrella central cuenta con una tenue compañera a unas 150 unidades astronómicas de distancia, o cinco veces la distancia entre el Sol y Neptuno. Para verlas solo tenemos que ampliar la imagen en el centro: el punto blanco no es perfectamente esférico, sino que se aprecian dos puntos juntos.
Con un diámetro de algo más de medio año luz, la nebulosa planetaria en sí es unas 250 veces mayor que el sistema binario. En cambio, la materia de la nebulosa está lo bastante cerca de su estrella progenitora como para que la radiación ultravioleta liberada por la estrella ionice el gas polvoriento y lo haga brillar.
NGC 6818 se encuentra en la constelación de Sagitario (El Arquero), a unos 6.000 años luz de la Tierra. Fue fotografiada por primera vez por la Cámara Planetaria y de Gran Angular 2 del telescopio espacial Hubble en 1997. En 1998 y 2000 volvió a fotografiarse con distintos filtros de color para destacar los diversos gases de la nebulosa.
Los científicos creen que la estrella también expulsa partículas a alta velocidad —viento estelar— que son las responsables de la forma ovalada de la región interior de la nebulosa. Este rápido viento empuja el gas que se mueve lentamente, perforando la burbuja interior por los extremos del óvalo que vemos abajo a la izquierda y arriba a la derecha de la imagen de el inicio.
Fuente: Noticias de la ciencia
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