ARDILLAS CON LEPRA

Un equipo internacional, liderado por investigadores de la Universidad de Edimburgo, ha descubierto dos tipos de lepra humana en la ardilla roja británica, uno de los cuales coincide con la cepa que probablemente hizo estragos en Europa durante la época medieval. 

Al parecer, según se explica los bacilos han permanecido en los roedores durante cientos de años. Aunque por su alto nivel de infección son potencialmente peligrosos para las personas, los científicos aseguran que no hay motivos para que cunda la alarma. El riesgo de transmisión es bajo.

La lepra es una enfermedad altamente contagiosa que provoca deformaciones en la piel y daños en el sistema nervioso, el tracto respiratorio superior y los ojos. Es una de las enfermedades más antiguas y ha tenido un enorme impacto en múltiples culturas a lo largo de la Historia. Por razones que aún no están claras, se redujo drásticamente a finales de la Edad Media y hace aproximadamente un siglo que prácticamente desapareció de Europa, al menos en los seres humanos. En gran parte controlada gracias a los antibióticos, en la actualidad se producen 220.000 casos nuevos cada año en el mundo.

Un hecho poco conocido es que la lepra afecta a algunos animales, como los armadillos, que han causado casos de infecciones a humanos. A partir de esa evidencia, mediante pruebas de análisis genético y de suero sanguíneo, los microbiólogos examinaron los cadáveres de 110 ardillas rojas de Inglaterra, Irlanda y Escocia. Trece de ellas mostraban signos de lepra como hinchazón y pérdida de pelo en las orejas, la boca y los pies, mientras que 101 no tenían síntomas obvios. Descubrieron que todas las ardillas con marcas de lesiones y el 21 % de las asintomáticas albergaban Mycobacterium lepromatosis, una forma de lepra altamente debilitante recientemente descubierta, y Mycobacterium leprae, el patógeno más antiguamente asociado con la lepra.

Los investigadores revelaron que la cepa de M. lepromatosis de ardillas provenientes de Escocia, Irlanda y la Isla de Wight en el sur de Inglaterra, se separó hace aproximadamente 27.000 años de una cepa humana similar anteriormente encontrada en México.

Por el contrario, el subtipo M. leprae coincidió con la cepa detectada en los restos de un ser humano de la época medieval enterrado en un cementerio de Winchester hace 730 años, a tan solo 70 km del lugar de origen de las ardillas infectadas, la isla de Brownsea. Esto sugiere que la transmisión de humano a animal (y viceversa) ocurrió hace cientos de años y, desde entonces, los bacilos han permanecido en estas reservas.

"Ha sido completamente inesperado ver que siglos después de su eliminación de los seres humanos en el Reino Unido, la lepra afecta a las ardillas rojas", dice Stewart Cole, de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL) en Suiza. "Esto nunca se ha observado antes".

Fuente: ABC

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