TETRAPLÉJICO RECOBRA EL TACTO TRAS UN IMPLANTE CEREBRAL

Un implante cerebral ha devuelto el sentido del tacto a un hombre tetrapléjico, quien describió las sensaciones como muy similares a las del tacto natural. El dispositivo también le ha ayudado a sentir el tacto a través del uso de una mano robótica, lo que abre la vía para la mejora del tacto artificial en los miembros neuroprostéticos. Los resultados se han publicado en «Science Translational Medicine».

Los chips implantados en el cerebro pueden estimular neuronas de forma eléctrica para recrear la percepción del tacto, una técnica que se conoce como microestimulación intracortical. Sin embargo, aunque la herramienta ha demostrado ser muy prometedora en estudios con animales, todavía no se conoce en qué grado pueden  parecer  naturales dichas sensaciones artificiales.

El equipo de Sharlene Flesher, de la Universidad de Pittsburgh (EE.UU.), ha analizado las sensaciones percibidas por Nathan Copeland, un varón de 27 años con tetraplejia provocada por una lesión en la médula espinal y al que se le implantaron electrodos en la corteza somatosensorial, la parte del cerebro que controla el tacto. Mediante la estimulación eléctrica de esta región, se evitó pasar por zona lesionada de la médula y se pudieron evocar sensaciones tales como calidez y presión, que se originaron en la parte superior de la palma y la base de los cuatro dedos de su mano derecha.

El paciente describió el 93 % de los estímulos recibidos (tales como presionar un trozo de algodón contra la superficie de la piel) como «posiblemente naturales». También pudo sentir el tacto cuando se le conectó una prótesis, y el 84 % de las veces identificó correctamente cuál de todos los dedos de la prótesis estaba siendo tocado, aun con los ojos vendados. Las sensaciones que el paciente experimentó se mantuvieron estables durante los seis meses que duró el estudio.

«El resultado más importante de este estudio es que la microestimulación de la corteza sensorial puede provocar una sensación natural en lugar de un hormigueo», explica Andrew B. Schwartz, coautor del trabajo, quien destaca: «Además, esta estimulación es segura, y las sensaciones evocadas son estables durante meses, aunque todavía hay que seguir investigando para que los pacientes consigan hacer mejores movimientos».

«Puedo sentir casi todos los dedos; es una sensación extraña», comentó Nathan después de la cirugía. 

«A veces es como una sensación eléctrica, y otras como una presión, pero en general puedo identificar la mayor parte de los dedos con precisión. Siento como si tocasen o empujasen mis dedos verdaderos». 

Los descubrimientos sugieren que la estimulación eléctrica del cerebro puede ayudar a restaurar una sensación realista del tacto en personas paralíticas y en pacientes que podrían padecer una amputación, lo cual podría servir de guía para el diseño de mejores extremidades neuroprostéticas.

El nuevo avance es la continuación de otros anteriores conseguidos por el mismo equipo. Hace cuatro años, ayudaron a Jan Scheuermann, una mujer tetrapléjica por una enfermedad degenerativa, a recoger objetos, como una tableta de chocolate, mediante un brazo robótico controlado mentalmente. 

Antes, Tim Hemmes, paralizado en un accidente de moto, también llegó a tocar la mano de su novia con la misma técnica.

Fuente: ABC

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