LA GENERACIÓN DEL ZIKA

Funcionarios de salud pública de EE.UU. se están preparando para una ola de bebés con graves defectos de nacimiento relacionados con el zika. Las últimas cifras oficiales sugieren que 808 embarazadas en EE.UU. pueden haber sido infectadas con este virus. 

Sin embargo, los médicos también se aprontan para la posibilidad del surgimiento de anormalidades congénitas en otra población: los bebés nacidos de mujeres que no sabían que estaban infectadas. La preparación para esa potencial avalancha —tanto física como psicológicamente— aún es desalentadora.

Las familias que se enfrenten con graves defectos de nacimiento podrían necesitar toda una gama de servicios que incluyen terapia ocupacional, terapia física y otros tipos de asistencia médica. En EE.UU. ya hay 21 bebés con defectos de nacimiento relacionados con el zika, y cinco embarazos perdidos se han vinculado a la enfermedad.

El potencial aumento en los defectos de nacimiento podría extenderse mucho más allá de la microcefalia, a menudo asociada a las madres que tienen la enfermedad durante el embarazo. Las mujeres pueden dar a luz a niños con pérdida total o parcial de la audición, pérdida de la visión, deformidades de las articulaciones o daño neurológico grave. Sin embargo, no todas estas condiciones serán evidentes inmediatamente luego del nacimiento. 

“Lo que pasa es que estamos mirando los problemas obvios que requieren atención médica, como los niños que nacen con la cabeza muy pequeña o con sordera. Todas estas condiciones se vuelven evidentes rápidamente, pero otras cuestiones como el retraso en el desarrollo o los problemas de visión pueden tardar en identificarse”, dice Nielsen-Saines. “Los niños cuyas madres se sabe que han tenido zika deberían ser vigilados muy de cerca por especialistas en desarrollo y someterse a monitoreos frecuentes de visión y audición”.

Sin embargo, el diagnóstico de una infección previa sigue siendo difícil, dice Karen Harris, obstetra de Gainesville (Florida) y que supervisa la coordinación del zika en su estado para el Congreso Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos. “Sabemos que la ventana de prueba puede ser de solo 12 semanas” después de la infección, dice Harris. “Así que no tenemos ninguna prueba que sea capaz de analizar hacia atrás a largo plazo y decir, 'Ah, tenías zika!'”.

Hay un proyecto que reúne fondos para esta enfermedad. Sin embargo, para los niños nacidos con anomalías vinculadas al zika en la generación actual, las respuestas cruciales sobre el virus y cómo detenerlo habrán llegado demasiado tarde.

Fuente: Science

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