Los procesos de selección natural de las bacterias que generan enfermedades están ampliamente documentados. Por ejemplo, una persona que se ha enfermado a causa de una bacteria, puede ser curado si toma antibióticos, que destruyen la bacteria presente en el cuerpo. Bacterias que una vez fueron controladas por determinado tipo de antibiótico, se han hecho "resistentes" al mismo. La primera vez que se usa el antibiótico, éste acaba con la mayoría de las bacterias, pero otras veces, si las bacterias tienen un gen o varios genes que le permitan resistir los efectos del antibiótico, éstas sobrevivirán de una u otra manera. Las bacterias que han sobrevivido se encuentran mejor adaptadas para enfrentar determinado tipo de antibiótico. Si las bacterias sobrevivientes logran reproducirse entonces la siguiente generación de bacterias también estará lista para enfrentar al antibiótico. Si se vuelve a usar el mismo antibiótico, la bacteria se hará todavía más resistente; y más cantidad de bacterias sobrevivirán y pordrán reproducirse en el cuerpo de la persona; entonces la persona cotinuará enferma. Es entonces cuando los médicos optan por un nuevo tipo de antibiótico. Con suerte, las bacterias no estarán adaptadas al nuevo antibiótico, y serán destruídas; entonces la persona mejorará. Sin embargo, durante los últimos 50 años, los científicos han tenido que crear antibióticos más potentes, capaces de acabar con microbios de evolución rápida. Hoy en día, se han desarrollado rasgos de bacterias que son resistentes a los antibióticos, de manera que los científicos siempre están tratando de crear medicamentos más efectivos.
Fuente: Ventanas al Universo
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