
Los investigadores plantearon la hipótesis de que la fuerza en cuestión es la selección natural. En las poblaciones pequeñas, como los neandertales, la selección natural es menos eficaz y el azar tiene una enorme influencia. Esto permite que las mutaciones perjudiciales persistan, en lugar de ser eliminadas después de generaciones. Pero cuando estas mutaciones se introducen en una población mayor, como los humanos, se verían expuestas a la selección natural y se perderían.
Los resultados sugieren que los neandertales portaban muchas mutaciones con efectos leves, pero dañinos. El efecto de todas estas mutaciones débiles combinadas les habría hecho al menos un 40% menos aptos que los seres humanos en términos evolutivos; es decir, que tenían un 40% menos de probabilidades de reproducirse y transmitir sus genes a la siguiente generación.
El estudio también dice que los humanos y los neandertales se mezclaron con mucha más libertad de lo que se pensaba originalmente. Hoy en día, las secuencias neandertales constituyen aproximadamente el 2% del genoma en las personas no africanas. Pero uno de los investigadores estima que en el momento del cruce, cerca del 10% del genoma de los emigrantes humanos habría sido neandertal.
Aunque la mayoría de las mutaciones perjudiciales legadas por nuestros antepasados neandertales probablemente se perdieron en pocas generaciones, es probable que una pequeña fracción perista en las personas hoy en día. Pero no todo es malo, hay un pequeño número de variantes de genes neandertales que se suponen beneficiosas hoy, como los genes relacionados con la inmunidad y color de la piel.
Fuente: ABC
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