LOS ANIMALES TRANSGÉNICOS SE CUELAN EN EL MENÚ

En unos tanques gigantes de agua de una zona remota de Panamá, nadan los salmones más estudiados del mundo. A simple vista son similares a otros congéneres. Al paladar, su carne posee el mismo sabor, textura y propiedades nutricionales que el salmón común. Pero este pescado es todo menos común. Es el primer animal transgénico que se autoriza para el consumo humano.

Este salmón está diseñado para crecer en piscifactorías y tener un rendimiento económico superior. Crece el doble de rápido y alcanza su tamaño final en la mitad de tiempo(otras especies necesitan 3 años para completar su desarrollo mientras que este pescado está listo en apenas año y medio).

Para lograr este crecimiento acelerado, sus creadores han acertado con una mezcla de tres especies diferentes: el salmón común, un pez de la familia de las anguilas y el salmón real, el gigante de los salmones. El resultado es un pez híbrido, de aspecto similar a un salmón con dos genes ajenos, uno de la hormona del crecimiento del salmón real y otro del pez anguila, que permiten acelerar su crecimiento.

La empresa que lo ideó ha necesitado dos décadas y más de 60 millones de dólares para ponerlo en el mercado. La investigación ha necesitado tiempo, pero la espera obedece a las dudas sobre los riesgos para la seguridad alimenticia que planteaba poner en el mercado el primer animal transgénico. La FDA, agencia estadounidense que regula los alimentos y medicamentos ha tardado en romper el tabú y hace unas semanas daba luz verde al salmón con el nombre de "AquAdvantage".

La FDA también ha abierto la puerta al desarrollo de otros animales transgénicos pero, de momento, no ha querido desvelar qué otros alimentos modificados genéticamente están esperando su luz verde. Sin embargo, la misma compañía que consiguió el salmón ahora trabaja para diseñar gambas y tilapias, una especie de pescado blanco del Mediterráneo.

El objetivo de todo esto es producir más alimento, de forma más sostenible y con menor coste. Por ello es tan importante la ingeniería genética, para mejorar la producción sostenible y para conseguir alimentos más saludables.

Fuente: ABC

Comentarios