La Comisión Europea ha anunciado hoy la decisión de emitir "10 nuevas autorizaciones de organismos genéticamente modificados (OGM) destinados a la alimentación humana o animal", además de renovar automáticamente siete más y dar el visto bueno a la importación de dos variedades de flores cortadas.
El tema de los organismos modificados es sumamente delicado en Bruselas, donde las presiones de todo tipo de grupos y lobbies es fortísima. Eso ha provocado que los requisitos a estos o los transgénicos sean más duros, y según algunos expertos, innecesariamente restrictivos.
"Todos los OGM aprobados hoy han demostrado ser seguros antes de ser
puesto en el mercado de la UE. Estos productos OGM autorizados hoy serán
añadidos a la lista existente de 58 OGMs autorizados en la UE para uso alimentarios",
explica la Comisión en un texto, en el que se incluyen diversas
variedades de maíz, remolacha azucarera, colza, soja y algodón.
A partir de ahora, y durante la próxima década, los organismos podrán
ser comercializados, pero "cualquiera de los productos producidos a
partir de estos OMG estarán sujetos a estrictas normas de etiquetaje y trazabilidad de la UE", explican. Una cuestión que no es abaladí.
Requisitos de etiquetado
El sistema de autorización europeo, polémico y sujeto a revisión, es
más complejo que el de EEUU porque debe aunar las visiones, preferencias
y temores de los 28 países. En la actualidad, la Autoridad Europea de
Seguridad Alimentaria (EFSA) es la que hace la evaluación científica de
los OGM. Los estados miembros, a través de sus propias agencias,
participan dando soporte, pero no tienen un papel principal.
Cuando la EFSA está segura de que los productos no suponen un peligro para la salud o para el Medio Ambiente,
es la Comisión la que se encarga de enviar a todas las capitales el
aprobado temporal mediante lo que se conoce como proyecto de Decisión de
Ejecución.
Sin embargo, y tras la presión de algunos gobiernos, la Comisión está
estudiando la forma de cambiar el procedimiento y el 'Reglamento sobre
alimentos y piensos modificados genéticamente' para que aquellas
capitales que quieran tener legislaciones más restrictivas aún puedan
hacerlo, prohibiendo el uso o venta de esos OMG, tanto en piensos como en alimentos.
En realidad, y como reconoce la propia institución europea, "el
número de productos alimentarios modificados genéticamente que puede
realmente encontrarse en los comercios es limitado", como "consecuencia
de los requisitos de etiquetado para los alimentos y de la
disponibilidad de alternativas que no han sido modificadas
genéticamente".
Pero en el caso de los piensos la realidad es muy distinta. "En la UE existe un importante mercado para los piensos modificados genéticamente:
más del 60% de las necesidades de proteínas vegetales de la UE para el
ganado vacuno se cubren mediante importaciones de soja y harina de soja
procedentes de terceros países en los que el cultivo de OMG está muy
extendido", explica un documento comunitario.
Enlace:
Fuente: Pablo R. Suanzes
Comentarios
Publicar un comentario