EN BUSCA DEL HIJO PERFECTO GRACIAS A LOS AVANCES GENÉTICA


El imparable desarrollo de la genética, unido al abaratamiento de las técnicas, ha puesto en la calle test que identifican antes del embarazo hasta 600 enfermedades genéticasLas clínicas de reproducción asistida reciben a un creciente número de parejas sanas y sin problemas de fertilidad, pero preocupadas por que sus hijos nazcan libres de estas patologías.

Los test de compatibilidad genética están disponibles hace poco más de un año en el mercado. A través de un simple análisis de sangre se puede describir la secuencia de ADN y determinar qué mutaciones genéticas tienen ambos miembros de la pareja. En caso de coincidencia, los progenitores tienen la opción de recurrir a un tratamiento de fecundación in vitro con un diagnóstico preimplantacional previo. «Como sabes en qué gen está la mutación, puedes analizar los embriones y descartar los afectados antes de implantárselos a la paciente». 

De esta forma se pueden sortear enfermedades muy graves y discapacitantes. La más habitual en los países desarrollados es la fibrosis quística, ya que se calcula que una de cada 30 personas es portadora de la mutación genética que provoca esta enfermedad. Junto a ella, la atrofia muscular espinal, la poliquistosis renal autosómica recesiva, el síndrome de X frágil, la hemofilia o el hipotiroidismo congénito.

Pero como todos los temas que conciernen a la genética, éste tampoco está libre de cuestiones éticas, sobre todo cuando China ha anunciado la manipulación genética de embriones humanos para hacerlos resistentes al VIH. El debate de hasta dónde podemos llegar y de cuál es la barrera entre evitar una enfermedad y tener hijos a la carta ya está abierto.

Para el catedrático, la clave está en saber poner esas barreras y comenta que con la reciente aparición de nuevas técnicas, en las que se puede manipular la genética a voluntad, se debe plantear si hacerlo por razones terapéuticas para una sola persona o si también se debe permitir en aquellos casos en los que afecta a sus futuras generaciones.

«Este último caso, en el que se modifica la línea germinal, es decir, la descendencia, se ha prohibido», comenta el genetista de la UMU, añadiendo que la sociedad en general también lo rechaza según las últimas encuestas realizadas.

Por el momento su coste es elevado, ronda los 700 euros, dependiendo del laboratorio o clínica. Pero los expertos en el campo de la reproducción asistida no dudan de que serán más accesibles de aquí a unos años.

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