BUSCANDO AL HIJO PERFECTO GRACIAS A LOS AVANCES EN GENÉTICA

Hoy en día las clínicas de reproducción asistida reciben un mayor numero de parejas sanas y además sin problemas de fertilidad, pero preocupadas por que sus hijos nazcan sin patologías. Todas las personas somos portadoras de entre 3 y 15 mutaciones genéticas recesivas, ligadas a enfermedades como la fibrosis quística, ( es una enfermedad crónica y hereditaria que representa un grave problema de salud, es degenerativa y afecta principalmente a los pulmones y al sistema digestivo.) En total , más de 7.000 enfermedades tienen su origen en la mutación de los genes. En el mercado ya hay test que permiten detectar hasta 600 de estas enfermedades de forma previa a un embarazo y esto es posible debido al imparable avance de la genética y a la bajada de precio de estas técnicas.

Las clínicas de reproducción asistida  han incorporado estos tests a sus servicios y cada vez mas parejas sanas solicitan este tipo de pruebas para buscar a un hijo sano.  Todos somos portadores de alguna enfermedad recesiva , aunque no la manifestemos y el problema llega cuando nuestra pareja es portadora de la misma mutación, y entonces la posibilidad de que los hijos desarrollen esta enfermedad o dolencia se sitúa entre un 25 y un 50%.

Los test de compatibilidad genética están disponibles hace poco más de un año en el mercado. A través de un simple análisis de sangre se puede describir la secuencia de ADN y determinar qué mutaciones genéticas que tienen ambos miembros de la pareja. En caso de coincidencia, los progenitores tienen la opción de recurrir a un tratamiento de fecundación in vitro con un diagnóstico preimplantacional previo. Al saber en qué gen está la mutación, puedes analizar los embriones y descartar los afectados antes de que se le implanten a la paciente.

De esta forma se pueden evitar enfermedades muy graves y discapacitantes. La más habitual en los países desarrollados es la fibrosis quística, ya que se calcula que 1 de cada 30 personas es portadora de la mutación genética que provoca esta enfermedad. Junto a ella, la atrofia muscular espinal, la poliquistosis renal autosómica recesiva, el síndrome de X frágil, la hemofilia o el hipotiroidismo congénito.

Hasta hace poco tiempo, este tipo de estudios se centraban en analizar aquellos casos de parejas y/o mujeres sometidas a un tratamiento con donación de gametos, tanto para donación de semen como de ovocitos, con el objetivo de seleccionar aquel que esté libre de ser portador de la misma enfermedad que la paciente. Sin embargo, en la actualidad, esta técnica es cada vez más demandada no sólo por parejas en tratamiento de reproducción asistida con gametos propios, sino también por parejas sin problemas reproductivos.

Por el momento su coste es alto, ronda los 700 euros, dependiendo del laboratorio o clínica. Pero los expertos en el campo de la reproducción asistida no dudan de que serán más accesibles de aquí a unos años y llegará un momento en que estas técnicas sean tan asequibles que toda pareja se las hará antes de plantearse tener un hijo.

No obstante, como en otros terrenos de la medicina, el riesgo cero no existe. Las posibilidades de que nazca un hijo con alguna enfermedad genética son de 1 entre 30.000 con la utilización de este test. Sin él las posibilidades se elevan a 1 de cada 300.

Un debate ético

Pero como todos los temas que están relacionados con la genética, éste tampoco está libre de cuestiones éticas. El debate de hasta dónde podemos llegar y de cuál es la barrera entre evitar una enfermedad y tener hijos de catálogo ya está abierto. Científicos defienden que es la sociedad la que en cada momento debe poner los límites, no le corresponde al científico establecer las reglas del juego. Algunos aseguran que  la clave está en saber poner  barreras.

Los científicos consideran que actualmente la manipulación genética está en un momento en el que debería haber un debate más profundo y dejar muy claro qué técnicas se van a permitir y cuáles no.
En España no está permitido elegir su sexo por capricho; sólo en caso de que haya una enfermedad que esté ligada al cromosoma X.

Por lo que respecta a la intervención en aquellas enfermedades que están causadas por la alteración de genes,se puede actuar en aquellas en las que sólo se vea afectado un gen. En el resto es más complejo, señala el investigador, pues no sabemos si al corregir algo estamos alterando otra cosa que no habíamos previsto.

Fuente:La Opinión.

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