
Aun que parezca mentira el 8% del genoma humano esta formado por antiguos retrovirus, agentes infecciosos que mezclan se ADN con el de su victima para reproducirse. Su nombre es retrovirus endogenos (ERV), estos perdieron su capacidad infecciosa hace millones de años. Hasta ahora los entendidos en este campo deducían que se trataba de un virus parásito, el resto de una infección vírica ya superada...
La cientifica Nels Elde y Cedric Feschotte, de la universidad e Utah en Salt Lake, dan a conocer en science unos resultados que contradice la idea inicial sobre la mayoría de estos virus. Nos explican que estos fragmentos son parte de nuestro sistema inmune innato. Nuestro sistema inmune innato es la linea de defensa que combate contra todo tipo de agentes infecciosos de manera rápida pero no especifica, después tenemos a los anticuerpos y finalmente a los linfocitos.

Tras unos experimentos, Elde y Feschotte nos demuestran la validez de su teoría. Pues al extraer uno o mas de estos fragmentos de nuestro ADN, la capacidad para elaborar una respuesta defensiva contra la amenaza de nuevos agentes infecciosos queda dañadas. Estos experimentos de practicaron en células humanas en cultivo. Estas brillantes científicas demuestran por primera vez mediante la nueva técnica de edición genómica, CRISPR), que la presencia de elementos en el ADN de origen vírico tienen una importante función en nuestro organismo.
Sin embargo, las autoras del descubrimiento piden que este no sea malinterpretado como un mecanismo evolutivo. "La razón de ser de estos elementos no es aportar una función beneficiosa a si huésped; ello no obsta para que, en ocasiones, sean reclutados para una función celular, como indica nuestro estudio. Conjeturemos que la razón de que estos ERV hayan donado sus interruptores reguladores al sistema inmune es que los virus ancestrales ya usaban esos mismos interruptores al servicio de su propia duplicación. Las cartas han cambiado de mano".
Fuente: EL PAIS
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