LA CARA HUMANA ES ÚNICA

La cara humana es única... y nos hace únicos. Esta es la conclusión a la que ha llegado un estudio científico, basado en parte en fósiles del yacimiento de Atapuerca en Burgos, que analiza la evolución de los huesos del rostro del Homo sapiens, la especie a la que pertenecemos, en los últimos dos millones de años. La investigación aparece publicada en la revista Nature Communications.

El estudio ha sido realizado por un equipo internacional de paleoantropólogos con amplia participación española, entre ellos el director científico del Museo de la Evolución Humana y codirector de Atapuerca, Juan Luis Arsuaga.

Los investigadores de este estudio concluyen que el patrón histológico que se observa en el Homo sapiens, con amplias áreas de reabsorción ósea en la superficie facial, es único en la evolución humana. En ningún pariente nuestro se comporta igual. El modelo de crecimiento de la cara del Homo erectus, de los neandertales y de los fósiles de la Sima de los Huesos en la Sierra de Atapuerca sigue, en cambio, un patrón primitivo, en el que prácticamente solo hay depósito de hueso en la cara y la reabsorción no existe o es mínima.

Únicamente en el caso del Homo antecessor de la Gran Dolina, en la Sierra de Atapuerca, el modelo de crecimiento podría parecerse al moderno, pero de momento solo hay un individuo, bastante incompleto, en el que pueda estudiarse, parcialmente, la histología de la superficie de la cara, según explican los científicos en un comunicado.

Para llegar a estas conclusiones, los investigadores examinaron con el microscopio electrónico y confocal la superficie de los huesos de la cara de individuos en proceso de desarrollo, para distinguir así las áreas en las que se está depositando hueso de otras en las que se está reabsorbiendo el hueso.

Un rostro esculpido

Durante el desarrollo facial, los huesos de la cara crecen principalmente en las áreas donde se produce depósito de hueso. En las zonas donde predomina la reabsorción, el crecimiento es mucho más limitado.

Esa diferencia en la dinámica de estos procesos hace que la cara humana moderna tenga relieve, que esté «esculpida», con pómulos salientes, por ejemplo, y que sea vertical en vez de proyectarse hacia adelante en un morro, mientras en los grandes simios solo hay deposición de hueso y por eso toda la cara avanza durante el crecimiento.

Por todo esto, los patrones de crecimiento facial en neandertales y humanos de la Sima de los Huesos de Atapuerca son muy diferentes del humano actual, concluye Rodrigo Lacruz, principal autor del estudio y profesor en la Universidad de Nueva York.

Para Arsuaga se trata de un descubrimiento «muy relevante» porque confirma que la especie humana actual presenta muchas originalidades, rasgos únicos que no se encuentran en los neandertales ni las demás especies humanas que han existido.

FUENTE: ABC

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