HALLAN VASOS SANGUÍNEOS EN UN DINOSAURIO

Los Investigadores de la Universidad Estatal de Carolina del Norte han confirmado la existencia de vasos sanguíneos o estructuras similares a éstos en un hadrosaurio de hace 80 millones de años.Lo han averiguado al comparar los restos de unos péptidos  que hoy se encuentran en avestruces y gallinas con los encontrados en unos huesos fosilizados de este dinosaurio que medía unos 30 metros de largo.

El estudio que se acaba de publicar en el Journal of Proteome Research, confirma el hallazgo de estructuras tan sumamente delicadas como son los vasos sanguíneos que pueden conservarse durante millones de años, lo que hace posible estudiar las secuencias originales de proteínas e incluso células sanguíneas.Por lo que se trata de una auténtica revolución en la Paleontología.

Los investigadores afirman que éstas estructuras similares han sido recuperadas tras el proceso de desmineralización de fragmentos de huesos de dinosaurio, algunos con más de 80 millones de años.Sin embargo, esas estructuras podrían pertenecer al propio fósil, ya que se habrían creado en un interior, o haberse creado de una forma externa y ser el resultado de la colonización de la red de vasos sanguíneos vacía por parte de otros organismos después de que se degradara el tejido original.
En el estudio, han podido comprobar que efectivamente pertenecen al propio dinosaurio.

Tim Cleland, un paleontólogo molecular en la Universidad de Texas desmineralizó un fragmentio del hueso de una pata de un Brachylophosaurus canadensis ,un hadrosaurio de más de 30 metros de largo que vivió en lo que es actualmente el estado de Montana, hace unos 80 millones de años.Analizando este fragmento, encontró varias proteínas que son características de los componentes celulares de los vasos sanguíneos y unos finos músculos asociados a las paredes de los vasos sanguíneos.

Este mismo proceso se llevó a cabo en los parientes vivos de los dinosaurios, como son las gallinas y los avestruces, y coincidía con el estudio que habían realizado.

Dichos científicos aseguran que es una oportunidad única para comprender qué clase de proteínas y tejidos pueden perdurar en el tiempo, y observar cómo estos van cambiando en el proceso de fosilización.Lo cual proporcionaría también nuevas vías para formular preguntas sobre las relaciones evolutivas de los organismos extintos, podríamos identificar cuándo esos animales podrían haber surgido de varios linajes y ver como éstos se adaptaron a su entorno mientras aún estaban vivos.

FUENTE: ABC

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