LA EXTINCIÓN DE LOS DINOSAURIOS

Hace 65 millones de años, en la frontera entre los periodos Cretácico y Terciario, un asteroide de diez km de diámetro chocó contra nuestro mundo provocando uno de los peores episodios de extinción de todos los tiempos. Más del 70% de las especies que poblaban entonces la Tierra desaparecieron por completo, casi de repente. Entre ellas los dinosaurios, que terminaron así, de golpe, un reinado de más de 200 millones de años. Sin embargo, algunos lograron sobrevivir (los primeros pequeños mamíferos) a la catástrofe y heredaron un mundo nuevo y libre del dominio de los lagartos gigantes.
¿Cómo lo consiguieron?

-La principal causa de la extinción fue la gran cantidad de calor liberado por el impacto del meteorito, y estos eran mejores a la hora de escapar del calor.

Para muchos expertos, las madrigueras subterráneas y los entornos acuáticos donde los primeros mamíferos se ocultaban de los dinosaurios consiguieron también protegerles del breve, pero drástico, aumento de las temperaturas. Algo que sus enormes vecinos, igual que la gran mayoría de las criaturas de la superficie, no pudieron hacer. Un gran número de ellos, en efecto, murió quemado sin remedio en las primeras horas que siguieron a la caída del meteorito.

-Tras varios días de un calor extraordinario, la temperatura superficial de la Tierra descendió hasta niveles compatibles con la vida, y los pequeños mamíferos pudieron empezar a salir de sus madrigueras, para encontrarse con un mundo devastado y completamente distinto del que habían conocido hasta entonces. Devastado, sí, pero del que aún era posible obtener alimento, siempre que se tuviera una dieta adecuada.


Aunque algunos de los grandes dinosaurios herbívoros hubiera sobrevivido a la destrucción inicial, se hubieran encontrado sin alimento ya que la mayor parte de la vegetación superficial también quedó destruida. Y a medida que los herbívoros supervivientes fueron desapareciendo, también lo hizo el principal sustento de los grandes carnívoros que se alimentaban de ellos, lo cual los que hubieran conseguido sobrevivir también hubiesen desaparecido.

Los mamíferos, por el contrario, podían comer insectos y plantas acuáticas, que seguían siendo relativamente abundantes tras el impacto del meteorito. Así que, a medida que los dinosaurios supervivientes fueron a su vez desapareciendo, los mamíferos empezaron a florecer. Lo mismo sucedió con los representantes de otras clases de animales (como por ejemplo los cocodrilos), pero fueron precisamente los mamíferos los mayores beneficiarios de la nueva situación.

De hecho, fue entonces cuando empezaron un proceso de diversificación que les ha llevado a poblar prácticamente todos los rincones del planeta con una infinidad de especies, entre ellas la nuestra. Resulta irónico, pero es más que probable que sin la caída de ese meteorito devastador, nunca se habrían dado las condiciones para el surgimiento de nuestra propia especie.


Fuente de información: ABC.es

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