Pues sí, pero las posibilidades son más pequeñas aún de lo que se creía, según un estudio realizado en la Universidad de Hawai en Manoa.
El responsable es el físico Richard Zeebe, que aseguró que la órbita de la Tierra será muy estable durante, al menos, los próximos 5.000 millones de años; pero que después, la Tierra se desviaría de su órbita.
La atracción gravitatoria de Júpiter podía desviar la órbita de Mercurio con consecuencias fatales, como que este chocara con la Tierra o desviara las trayectorias de Marte o Venus hacia nuestro planeta. Por ejemplo, el astrónomo Jacques Laskar, del Observatorio de París, hizo en 2009 2.501 simulaciones y en una de ellas sí se producía la colisión.
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