NUEVAS EVIDENCIAS SOBRE ANTIGUOS LAGOS EN MARTE

El examen de las nuevas imágenes de rocas y sedimentos marcianos captadas por el rover Curiosity sugieren que hace millones de años, el cráter Gale, estuvo cubierto por un rico sistema fluvial con deltas y grandes lagos. El hallazgo ha sido publicado en la revista Science.

Con los datos sobre el terreno gracias a Curiosity, los científicos han podido probar la hipótesis de que los cráteres de impacto de mayor tamaño del planeta rojo pudieron albergar en el pasado grandes cantidades de agua, lo que nos aporta nueva información sobre sus condiciones de habitabilidad antes de volverse seco y árido.

“Los accidentes geográficos de la zona septentrional del cráter Gale muestran series de rocas sedimentarias. Basándonos en las imágenes tomadas por el rover Curiosity, interpretamos que estos afloramientos son una evidencia de entornos fluviales, deltaicos y lacustres en el pasado”, explica John Grotzinger, coautor del estudio.

El rover descubrió dentro del cráter Gale, de 154 km de diámetro, las llamadas “clinoformas” (capas con geometría singular en la zona sumergida de los deltas) no observadas antes desde los orbitadores espaciales. El análisis de los sedimentos determinó que la superficie de la cuenca había ido agrandándose con el paso del tiempo; la erosión de las paredes del cráter Gale generaron grava y arena que fue transportada hacia el sur y posteriormente al interior del cráter, para terminar convirtiéndose en pequeños granos de arena formando los límites de un vetusto lago donde los sedimentos pudieron alcanzar un espesor de al menos 75 metros.

“A pesar de la presencia de agua fuese probablemente transitoria, los antiguos lagos individuales en esta región se mantuvieron estables de 100 a 10.000 años, potencialmente el tiempo suficiente para sustentar la vida”, aclaran los autores.

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