
Las imágenes captadas por la sonda espacial Messenger (que orbitó Mercurio en 2011) han sido las que han podido revelar este cambio en el planeta que se encuentra más cerca del Sol, debido a la aparición de fallas y crestas en su corteza, provocadas por el enfriamiento y la contracción del mismo.
El estudio, que ha sido publicado en la revista Nature GeoScience, explica que las imágenes captadas por Messenger tienen una resolución mucho mayor a las captadas por la sonda espacial Mariner 10 (que orbitó Mercurio en 1975) gracias a la utilización de un láser altimétrico capaz de medir su perfil topográfico.
“Mercurio pierde calor hacia el espacio. Este enfriamiento de su núcleo líquido provoca la reducción de su volumen, al igual que es más fácil sacar un anillo de un dedo frío que de uno caliente; como la superficie de este planeta no está dividida en placas tectónicas como en la Tierra, la única manera de responder a este enfriamiento es empujar partes de su corteza hacia arriba” afirma Paul K. Byrne, principal autor del estudio y científico en la Carnegie Institution of Science.
Fuente: muyinteresante.es
Comentarios
Publicar un comentario