LOS "FLYSCH" DE ZUMAIA

Los acantilados de Zumaia en el País Vaco son una 'catedral' geológica en la que se ven 60 millones de años de la historia de la Tierra y se puede ver el estrato donde se depositaron los restos de la explosión que causó la gran extinción del Cretácico.

Es una capa muy fina, de apenas dos o tres milímetros de una arcilla de color oscuro, pero esconde las pruebas de uno de los  cataclismos más grandes de la historia, algo que conmovió el planeta y transformó el curso de la vida sobre la Tierra. 

Hablamos del meteorito que chocó contra nosotros hace 65 millones de años, liberando la energía de 100 millones de bombas atómicas y acabando con el 70% de las especies de aquel momento, entre ellas los dinosaurios. El polvo levantado por la explosión se depositó por todo el mundo y ahora aflora en algunos pocos lugares.

Uno de ellos está aquí, junto a los suaves campos de Zumaia, donde luce el sol todas las mañanas y nada invita a pensar en catástrofes. Pero las apariencias engañan.
De repente, el paisaje de verdes lomas redondeadas se corta en un paredón de acantilados de 150 metros de alto que desafían al Cantábrico.

Kilómetro tras kilómetro, se suceden los estratos de rocas sedimentarias, alzados en vertical con una geometría que recuerda la espalda de un animal prehistórico.
Y no está mal esa comparación, pues no en vano esas rocas han servido para demostrar la hipótesis de que fue una colisión lo que provocó la gran extinción del paso entre el
Cretácico y el Terciario.

Si miramos dentro de esas rocas, vemos que tienen fósiles marinos. Se formaron por acumulación de sedimentos bajo el mar que separaba la Península Ibérica del resto de Europa. Después, la Península empezó a moverse y ese desplazamiento comprimió y levantó los antiguos sedimentos. El mismo proceso que dio origen a los Pirineos creó los acantilados de Zumaia y también muchos de los montes vascos, en cuyas cimas, aunque cueste trabajo creerlo, afloran antiguos fondos de coral del Cretácico.

El área se conoce como flysch, por la palabra alemana usada para describir acantilados que se desmoronan. Este flysch de Zumaia comprende el periodo que va desde hace 65 millones de años hasta los 55 millones de años. En él, han quedado registrados sucesos extraordinarios: cambios del magnetismo terrestre, brutales variaciones del nivel del mar, alteraciones climáticas sucesivas y extinciones masivas de especies.


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