Si bien sólo recuperó la habilidad de ver siluetas y verse en el espejo, Allen Zderad se mostró emocionado cuando el aparato comenzó a funcionar.
“Es crudo, pero significante”, dijo Zderad, que desde hacía unos 10 años no podía ver, y agregó: “Va a funcionar”.
El hombre, oriundo de Minnessotta, fue el primer paciente que recibió este tratamiento. La clínica que lo hizo describe al aparato como un “implante de ojos biónico que emite señales de luz al nervio óptico, derivándolas de la retina dañada”.
«Los implantes de retina han pasado de la ciencia ficción a la realidad en los últimos años», dijo Daniel Palanker, profesor de oftalmología de la Universidad de Stanford (EE.UU.). Su equipo está trabajando en una prótesis de retina que funciona como paneles solares, convirtiendo la luz de las gafas en corriente eléctrica para activar así las señales en la retina que luego fluyen al cerebro. «Ahora estamos mejorando la resolución, el procesamiento de imagen, intensidad de la luz, etc.», señaló.
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