El Congreso
Internacional de Enfermedades Infecciosas, que se ha celebrado a
primeros de marzo en Buenos Aires (Argentina) ha dedicado varias
ponencias a a la resistencia de los antibióticos, un problema que
para 2050 causará más muertes que el cáncer si no se toman medidas
drásticas, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Lindsay
Grayson, de la Universidad de Monash (Australia), propuso centrarse
más en frenar las infecciones que en buscar métodos para vencer a
las resistencias: “Si no las controlamos, el futuro va a ser
sombrío”, aseguró. Las medidas que propone Grayson pasan por
extremar las precauciones en los centros hospitalarios, que son los
lugares donde se suelen producir y propagar las infecciones más
graves: mejorar la higiene de manos; la limpieza del centro, (con
mejores condiciones laborales para quienes hacen este trabajo);
cambiar el diseño de los hospitales y que haya un baño para cada
paciente.
El
problema es que las bacterias, por el contacto con los
antibióticos, su mal uso y su abuso, generan distintos mecanismos de
resistencia; las medicinas van perdiendo eficacia y son necesarias
otras nuevas y más tóxicas para hacerles frente. Se calcula que
cada año ya mueren en el mundo unas 700.000 personas por este
fenómeno. En el congreso se señalaron varios frentes que deberán
atajarse para evitar que la resistencia a los antibióticos mate a
más gente que el cáncer para 2050: Uno de los grandes problemas es
que al ganado se le suministran cantidades ingentes de
antibióticos. Aunque en la Unión Europea están prohibidos para
potenciar el crecimiento, muchos otros países lo siguen haciendo. La
recomendación de la OMS es erradicar esta práctica y restringir el
uso de estos fármacos a animales que estén realmente enfermos. Sin
embargo, estudios moleculares han mostrado que la transmisión
directa de las resistencias de animales a humanos puede ser menos
importante que otras, como las que se dan en el contagio entre
personas. Los residuos que la industria farmacéutica vierte en
sus fábricas de China e India son señalados como otra fuente de
resistencias. Pero el problema fundamental es que solo hay que
tomar este tipo de fármacos si los prescribe un médico. Porque,
en contra de lo que cree casi la mitad de los europeos, según varias
encuestas, no son efectivos contra los virus, así que nada hacen
contra una gripe o un resfriado. La tecnología desempeñará un
importante papel para mejorar las dosis de antibióticos,
evitando así que se creen resistencias por no ajustar las dosis
precisas a cada paciente.
Según
la OMS, lar resistencia a los antibióticos es un problema que puede
costar 10 millones de vidas al año para 2050, y la comunidad
internacional lleva desde 2016 discutiéndolo al más alto nivel,
porque si no se tiene en cuenta, muchos de los Objetivos de
Desarrollo Sostenible, la agenda que la ONU tiene en marcha para
lograr un mundo mejor de aquí a 2030, quedarán en nada.
Fuente:
El País
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