Estados Unidos viajará de nuevo a la Luna
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, acaba de firmar una orden ejecutiva que insta a la NASA a
recuperar el liderazgo espacial y emprender nuevas misiones más allá
de la órbita terrestre. Sin embargo, por el momento, los planes concretos tardarán en conocerse al menos un mes, hasta que un comité redacte el
correspondiente programa y los pasos a dar. La iniciativa supondría el retorno de
astronautas americanos a la Luna.
Es significativo que en la ceremonia de la firma, Trump se haya rodeado de varios astronautas, incluido Jack Smith, el geólogo que voló en el último Apolo, hace ahora 45 años. Trump le ha mencionado y saludado efusivamente ante las cámaras. Pero tras el presidente estaba también otro astronauta, Buzz Aldrin, quien acompañó a Armstrong en la primera misión a la Luna en julio de 1969; un hito histórico en la guerra espacial que mantuvo con la Unión Soviética, como parte de la Guerra Fría. Aldrin, que apoyó el programa de Obama, fue ignorado por Trump.
En concreto, Trump formalizó una directiva oficial que marca como objetivo de la NASA el establecimiento de “una base” en la Luna como paso previo a la primera misión tripulada a Marte.
Los estadounidenses dejaron de ir a la Luna en 1972, siendo Eugene Cernan el último en ir a esta. Pero ahora Trump quiere recuperar esa carrera hacia el espacio no solo por orgullo,sino por el inmenso negocio que hay detrás: una hipotética industria multimillonaria en la que habría hasta estaciones espaciales privatizadas y multitud de misiones para ciudadanos de a pie.En el ámbito del turismo y la exploración espacial están interesados también hace tiempo Jeff Bezos, el dueño de Amazon, o Elon Musk, fundador de Tesla, lo que da idea de los motivos económicos para volver a hacer estas misiones espaciales.
Es significativo que en la ceremonia de la firma, Trump se haya rodeado de varios astronautas, incluido Jack Smith, el geólogo que voló en el último Apolo, hace ahora 45 años. Trump le ha mencionado y saludado efusivamente ante las cámaras. Pero tras el presidente estaba también otro astronauta, Buzz Aldrin, quien acompañó a Armstrong en la primera misión a la Luna en julio de 1969; un hito histórico en la guerra espacial que mantuvo con la Unión Soviética, como parte de la Guerra Fría. Aldrin, que apoyó el programa de Obama, fue ignorado por Trump.
En concreto, Trump formalizó una directiva oficial que marca como objetivo de la NASA el establecimiento de “una base” en la Luna como paso previo a la primera misión tripulada a Marte.
Los estadounidenses dejaron de ir a la Luna en 1972, siendo Eugene Cernan el último en ir a esta. Pero ahora Trump quiere recuperar esa carrera hacia el espacio no solo por orgullo,sino por el inmenso negocio que hay detrás: una hipotética industria multimillonaria en la que habría hasta estaciones espaciales privatizadas y multitud de misiones para ciudadanos de a pie.En el ámbito del turismo y la exploración espacial están interesados también hace tiempo Jeff Bezos, el dueño de Amazon, o Elon Musk, fundador de Tesla, lo que da idea de los motivos económicos para volver a hacer estas misiones espaciales.
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